POÉTICAS PERSONALES: KARLA ARROYO

 

A Karla Arroyo la conocí por medio de la minificción, un género que desde Monterosso se ha consolidado en la literatura hispanohablante y anglófona de América y que cada vez tiene mayores lectores. Después, la comencé a encontrar en la revista Penumbria donde compartimos espacio y nos vamos conformando como una generación. 

En su obra podemos encontrar narrativa dedicada a la escritura identitaria, los cuentos de terror, la ciencia ficción y, desde mis lecturas, sobre todo a la fantasía. En todo caso, me parece que Karla hace una exploración de la psique de sus personajes, encontrando a veces la maldad que reside en cada uno y que se asoma de vez en cuando. Esto es notable en su libro ganador de la primera convocatoria de Microficción de la editorial Lengua de Diablo, donde las hadas, personajes clásicos de la fantasía que suelen ser representados como seres de bondad y siempre dispuestos a ayudar a los demás, en especial a los humanos, ahora, con Karla, se constituyen como hadas malditas a las que se les debe combatir, seres que pululan los bosques como advertencias de fuerzas oscuras que, de dejárseles, avanzarían hasta cubrirlo todo. Así, sus historias nos llevan a reflexionar sobre la naturaleza humana y nuestro deseo irrefrenable de encontrar la magia en el mundo, olvidando que lo mágico puede ser también un peligro.

Y lo mismo sucede en su narrativa más extensa, esta búsqueda de los entresijos negros que pueden desgarrarnos en el acto, del sufrimiento que subyace detrás de la vida luminosa, de esos resquicios donde el terror de lo desconocido se revela a la luz de todos. 

Y es también, sin duda, estos temas que colocan a Karla dentro de un grupo cada vez más nutrido de autoras que minan esas vetas negras. Ahí se encuentra Marcia Ramos, Alicia Mares, Andrea Madrueño, Mónica Ojeda, María Fernanda Ampuero, Giovanna Rivero, Michelle Roche Rodríguez entre otras, a las que incluso yo agregaría a Samantha Schweblin, Mariana Enríquez, Liliana Colanzi, Rita Indiana, Ana Paula Maia, Ariana Harwicz, Natalia García Freirey hasta Agustina Bazterrica. 

Personalmente todas estas escritoras construyen, cada una desde sus personalidades únicas, un universo increíble que está marcando la literatura en español. Algunos críticos comienzan a llamarle el Gótico latinoamericano, pero siento que esa etiqueta es corta. Quizá sería mejor llamarle Oscuro femenino, pues es una escritura  de la feminidad y de su potencia de vida y de muerte. 

Así que descúbranla y que sus lecturas sean terroríficas.

¿Cómo fue tu descubrimiento de la lectura y de los libros?
No me gustaba leer cuando era niña, recuerdo solo los libros de la SEP con ilustraciones. Pero mi mamá que es una lectora apasionada, siempre tenía toda clase de lecturas en casa y poco a poco me acerqué a algunos textos solo por curiosidad. Fue hasta la adolescencia cuando leí con pasión historias de vampiros y de terror, al principio prestadas y después comencé mi pequeña biblioteca de géneros fantásticos, principalmente.



¿Cuál dirías que fue la razón principal que te convirtió en lector?
Los vampiros, me apasionaba el tema. 

 

¿Recuerdas qué te atrajo del primer libro leído por elección propia?
La detallada trama epistolar en Drácula de Bram Stoker


¿Tienes algún ritual/preferencia/técnica específica para leer?
Quisiera tener mas disciplina, tengo una fila de ejemplares esperando y lo peor es que son libros que realmente disfruto. Soy un poco dispersa, así que procuro que sea en un momento que no haya tantos distractores en casa.


¿Qué lees ahora y qué te llevó a elegir dicho texto?
Simultáneamente y en pausa tengo: Un habitante de Carcosa de Ambrose Bierce (llegué a él por la serie de True detective), Cuentos completos de Guadalupe Dueñas (es un librote y fue gracias al club de lectura “Siniestras” que se me antojó), Cuando las señales aparezcan de Roberto Abad (ya le tenía ganas desde la 1ª edición pues me late la onda extraterrestre) y La balada de los niños muertos de Efraím Blanco (por que me invitaron a presentarlo y ése sí lo tuve que acabar en la nueva edición). Debo aclarar que si un libro no me atrapa, ya ni le sigo. Lo guardo y ya, y en el caso de todos los anteriores los amo.



En tu formación como escritor, ¿qué libro/escritor ha tenido mayor influencia en tu obra y por qué?
Tengo muy claro que La voz de la sangre de Gabriela Rábago Palafox, es el mejor referente de lo que aspiro como autora. Todos sus cuentos están tan bien logrados, que no puedes dejar de leerlos, ahí encuentras vampiros, niños siniestros, entes de otros planetas o planos de existencia. Su escritura es irreverente, sensual y terrorífica.


¿Cómo te decantaste por el género favorecido por ti a la hora de escribir?
Soy consumidora de los géneros fantásticos, disfruto mucho la literatura de terror, ciencia ficción, fantasía, etc, y para mí ha sido un reto lograr historias que se acerquen siquiera a lo que leo en grandes autores y autoras. Lo disfruto enormemente, aunque a veces lo que escribo, no todo es publicable.


¿Qué personaje literario ha marcado tu construcción de personajes y cómo ha sido eso?
La figura del vampiro, pero creo que enfocado a personajes femeninos, por el poder y la influencia que tienen sobre otros; así como mujeres sagaces, inteligentes, fuertes y / o resilientes en distintas historias.


¿Cómo sucedió la escritura de tu primer texto?
Mi primer texto publicado, fue en el 2015 en una antología de escritura identitaria, derivada de un taller de acompañamiento para desarrollar textos de introspección. Mi primer cuento jamás verá la luz, fue escrito en mi adolescencia y es una aventura de vampiros, hombres lobo y cosas que preferí olvidar.


Si pudieras reescribir tu primer texto, ¿qué harías diferente/igual y por qué?
No cambiaría nada, todo ha sido un aprendizaje. Quizá en un principio fui muy ingenua con mis ideales, pero todo ha sabido acomodarse; procuro prepararme y aprender de otras personas en los talleres literarios. Conocer lo que mis maestras y maestros escriben, darle seguimiento al trabajo de los y las compañeras y ser muy autocrítica.


¿Tienes algún ritual/preferencia/técnica específica para escribir?
Desgraciadamente no dispongo tanto tiempo como quisiera, así que escribo en cualquier oportunidad. Tengo libretitas donde apunto temas que me inquietan o me dan mucha curiosidad, luego investigo un poco para tener detalles y después desarrollo una historia en cuadernos y a la hora de pasarla a la compu, comienza la edición.
A veces las personas fuera de mi entorno piden a gritos ser un personaje (aunque ellas no lo sabrán).


¿Cómo sucedió tu ingreso al mundo editorial?
Mis primeros textos se publicaron en una antología independiente, “Osadía” y sí que lo fue. Y un libro completamente mío, fue No querrás encontrar a las hadas ganador del primer concurso de minificción de la editorial morelense Lengua de Diablo.


¿Cómo imaginas el mundo de la edición en los siguientes años?
En mi experiencia he visto que cada vez hay más propuestas interesantes en el mundo editorial digital, lo cual me parece que da cabida a que más personas decidan entrarle a la escritura. Por estadística no somos un país lector por excelencia pero, confío que esta oferta de autores sepa llegar a públicos específicos y que haya cada vez más gente lectora.


Dadas las posibilidades editoriales futuras, ¿crees que tu propia obra tendrá un cambio sustancial en sus perspectivas/alcances?
Adaptarse o morir, dicen. Yo creo que los y las autoras debemos estar
conscientes de que las exigencias de la cotidianidad cambian constantemente, hay que aprovechar las herramientas que brinda la tecnología y hacerla nuestra aliada para tener más y mejor alcance de nuestra obra. Hay que leer a nuestros contemporáneos, consumir lo que los demás están haciendo como una forma de red de apoyo y difundirles. (Habrá deshonrosas excepciones que no valgan la pena, por supuesto). Por ejemplo, a mí me parece que las colectivas que se especializan en dar a conocer la literatura escrita por mujeres están haciendo una magnífica labor, puesto que no se le dio mayor reconocimiento a su trabajo en vida.


¿Cuál quisieras que fuera tu legado en la literatura?
Que cualquiera que empiece a escribir sepa que cada quien tiene su propia historia de éxito, nunca es muy temprano o muy tarde para dedicarse a lo que nos apasiona. Que nadie les diga que no se puede. (Hay que chambearle, obviamente)


¿Qué le recomendarías a un autor que apenas comienza y que te ve como inspiración?
No sé si sea inspiración de alguien, pero lo que sí tengo certeza, es que ser genuina conmigo misma ayuda en el proceso de aprendizaje. El trabajo constante ayuda a pulir la escritura, leer otras propuestas en los talleres me ha servido para agudizar mis sentidos y mejorar mis futuros textos. Los rechazos son necesarios para replantear mis historias, a veces no es la obra, es que no es el sitio adecuado o de plano, simplemente algo no funciona. Pero se necesita mucha autocrítica para leer y releer con otro enfoque tus propias letras. Cuando así sea, dejarlas reposar un tiempo ayuda. Leer mucho, y salir un poco más, las historias esperan allá afuera.


Comentarios

  1. Excelente entrevista. Me encanta la escritura de Karla Arroyo

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  2. Muchas gracias por leer. Ojalá puedas compartir con los tuyos y en tus redes para darle difusión a Karla. Buenas autoras como ella merecen toda la difusión posible.

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