POÉTICAS PERSONALES: RAYO GUZMÁN

 



Conocí durante la pandemia a Rayo Guzmán en casa de mi prima. Esperábamos a mi primo porque veríamos una película juntos. Mientras ella terminaba una videoclase, yo peinaba las estanterías para ver qué podía leer mientras esperaba. Muchos libros de psicología (mi prima estudia eso en la universidad), algunas novelas históricas —cosas de reyes y reinas inglesas y españolas—, libros de medicina y fotografía. 

También dos de Rayo: Cuando mamá lastima y Cuando papá lastima

Me llamó la atención el binomio de libros, obviamente conectados por las figuras tutelares de la familia. Hojeé el primero y encontré relatos sobre la figura de la madre. 

Eran pequeños relatos que parecían testimoniales, sucesos en la vida y relación que las mamás tienen con los hijos, hermanos, familiares extendidos. Algunos relatos presentaban situaciones que sin duda provocaron en mí, en ese momento, la reflexión sobre mis propios padres. Cómo muchas veces los padres, con su amor, con su intención de darnos lo mejor de lo mejor, pueden llegar a ser sobreprotectores, obsesivos, necios, mandones. 

Pensé que mi madre podría leer el libro y quizá tener un pretexto para hablar de algunas cosas de nuestra propia relación, pero no me atreví, al menos no por el momento. 

Mi prima en cambio, junto con mi primo, si habían comentado algunos cuentos entre ellos y coincidían en que mis tíos llegaban a cometer algunos actos similares a los descritos. Lo importante es que mis primos habían entendido algunas cosas tras esa lectura, y algo también, con ese entendimiento, había mejorado en su relación con sus padres. Ciertas fricciones habían cesado con sutiles cambios.

A mí muchos libros me han cambiado, sobre todo mi visión del mundo, pero nunca me había percatado que mis primos, que son lectores por otras cuestiones, pudieran ser tan receptivos a una lectura. 

Esto quizá es lo más importante, el poder que tiene la palabra y el libro, cómo puede trastocar la vida de las personas de maneras inauditas. 

Por ahora no he vuelto a leer a Rayo, pero celebro que una autora pueda llegar a tantos, crear lectores, cambiar vidas. Por eso creo que debemos encontrar momento para cualquier lectura, que nos entretenga y aleccione, que nos eleve y transforme, que nos desafíe y que nos haga ir más allá de nosotros.

Mientras les deseo felices lecturas y los invito a descubrirla.   

¿Cómo fue tu descubrimiento de la lectura y de los libros?

Aprendí a leer muy pequeña, antes de los 4 años. Mis padres se sorprendieron, incluso pensaron que había memorizado los cuentos que me leían. Al percatarse del asunto, me compraron más cuentos y ese fue el inicio de un romance que prevalece hasta el día de hoy entre los libros y yo. Siempre estoy leyendo algo, no puedo evitarlo.

 

¿Cuál dirías que fue la razón principal que te convirtió en lector?

El ejemplo de mis padres, mi curiosidad. Había un librero en la casa de mi abuela con libros sobre la revolución, una colección de una tía de Lobsang Rampa (¡imagínate!) y yo ahí de curiosa, sacando libros para leerlos por las noches. Creo que mi curiosidad y el placer que encontré al entrar en nuevas culturas, ideologías, mundos y filosofías me fue arrastrando a un hábito que después me trasladaría a la lectura.

  

¿Recuerdas qué te atrajo del primer libro leído por elección propia?

Pregúntale a Alicia de Beatrice Sparks, lo leí por elección propia en la secundaria, poco después llegaron a mi vida los libros de Gabriel García Márquez, de Vargas Llosa, de Carlos Fuentes, de Elena Garro, El perfume de Süskind. Fueron descubrimientos maravillosos.

  

¿Tienes algún ritual/preferencia/técnica específica para leer?

Ninguna. Me gusta más leer en libro impreso, el papel, el olor, poder abrazarlo, es una experiencia única. Los tiempos actuales me han acercado al libro electrónico por cuestiones prácticas, me permite llevar muchos libros conmigo durante mis viajes. El audiolibro también ha sido agradable experiencia. Ritual ninguno, lo mismo puedo leer en mi habitación antes de dormir, que todo un domingo en mi terraza, en un avión, en un bistro parisino o en una sala de espera. Y si un libro realmente me atrapa soy capaz de dejar de lado todo para sumergirme horas en la lectura.

  

¿Qué lees ahora y qué te llevó a elegir dicho texto?

Actualmente estoy leyendo tres libros (acostumbro leer varios de manera simultánea, es algo que no puedo evitar), Leña menuda, de María Barrio; Salvatierra de Pedro Mairal y Dejarás a tu padre y a tu madre de Philipe Julien.

  

En tu formación como escritor, ¿qué libro/escritor ha tenido mayor influencia en tu obra y por qué?

Creo que los mismos que antes te he mencionado han sido una influencia, Márquez, Llosa, Restrepo, Fuentes, y leo mucha literatura de actores franceses. Me gusta Delphine de Vigan, Carrère, Olivier Bordeaut, Pierre Lemaitre, entre otros.

  

¿Cómo te decantaste por el género favorecido por ti a la hora de escribir?

Durante casi veinte años me dediqué a la docencia y el desarrollo humano, por lo que cuando comencé a escribir me atrajo contar historias inspiradas en tantos casos que recopilé a través de todo ese tiempo. Así nació mi colección de relato breve que contiene : Regalos para toda ocasión, Tú princesa y yo sapo, Cuando mamá lastima, Cuando papá lastima, La vida después de mi ex y mis dos libros en coautoría: Desde que abrí los ojos y Screenshot, el más reciente. He explorado la novela en dos de mis obras: En mis cinco sentidos, novela autobiográfica breve y La mujer de ceniza y el hombre que no podía escribir, un trabajo de más largo alcance y totalmente ficción.

  

¿Qué personaje literario ha marcado tu construcción de personajes y cómo ha sido eso?

Definitivamente los personajes de La mujer de ceniza y el hombre que no podía escribir: Augusto Montemayor (el escritor) y Amanda ( su musa contratada), fue divertido, entretenido, desafiante y muy enriquecedor. Me encanta el resultado y la retroalimentación que recibo de parte de los lectores. Nunca olvidan a ninguno de los dos.

  

¿Cómo sucedió la escritura de tu primer texto?

Participé en el concurso literario “Mujeres que se atreven a contar su historia” de la Editorial Demac y obtuve mención honorífica en el 2006. Eso me marcó, me hizo recordar que desde niña quería dedicarme a la escritura, ser escritora de tiempo completo. Entonces en el 2012 abandoné todo para dedicarme de lleno a lo que me apasiona, escribir.

  

Si pudieras reescribir tu primer texto, ¿qué harías diferente/igual y por qué?

Creo que cada texto anterior si lo leo, le quiero hacer muchas correcciones, pero ya entendí que en su momento eso fue lo que quise expresar. En reediciones de algunos, como el caso de Cuando mamá lastima, tuve que hacer una adaptación a español neutro para su publicación en España. Por eso ya mejor no los releo o me clavo pensando en arreglos. Me concentro en el que siguiente proyecto.

  

¿Tienes algún ritual/preferencia/técnica específica para escribir?

Necesito silencio, soledad, mis perros (cuando estoy en mi casa de México). Cuando escribo en París me gusta escribir frente a mi balcón con las puertas abiertas cuando el clima lo permite, me inspira. Realmente no tengo ningún ritual, solamente necesito calma, soledad, música y una buena silla para soportar las horas que tenga que permanecer enfrentando la hoja en blanco.

 

¿Cómo sucedió tu ingreso al mundo editorial?

Mi libro de Regalos para toda ocasión llegó a manos del director de la editorial en la que actualmente publico y me llamó, estaba interesado en distribuirlo. Después todo se vino como consecuencia de un esfuerzo, paciencia, perseverancia y entonces comencé a publicar con ellos desde entonces.

 

¿Cómo imaginas el mundo de la edición en los siguientes años?

La pandemia, curiosamente, reactivo lectura, los clubes, las lecturas en solitario y conjuntas. Creo que el futuro es una mezcla de formatos, que incluso estoy experimentando: audioseries, audiolibros, el Ebook, y el papel. La industria editorial ampliará más sus horizontes, las adaptaciones de libros a series y películas es cada vez más demandada, en fin, creo que el momento que vivimos impulsó la industria, espero no equivocarme.

  

Dadas las posibilidades editoriales futuras, ¿crees que tu propia obra tendrá un cambio sustancial en sus perspectivas/alcances?

Ya lo vivo, he estado trabajando en contenidos para audioseries, mis libros han migrado al Ebook y al audiolibro, espero que alguno tenga la fortuna de ser atractivo para una adaptación audiovisual. El tiempo lo dirá. Lo que me gusta es escribir, lo hago con mucho placer y es una necesidad, me apasiona.

  

¿Cuál quisieras que fuera tu legado en la literatura?

Que los lectores recuerdes mis obras porque les tocó emocionalmente. Eso es maravilloso, saber que dejas huella, que algo cambió en el lector después de leerte.

  

¿Qué le recomendarías a un autor que apenas comienza y que te ve como inspiración?

Que lea mucho, que se inscriba en talleres, que no cometan el error que yo cometí de mandar su obra a que la lean otros escritores, porque tal vez no la leeremos, a mí me pasó que mandé páginas a algunos y nunca las leyeron y ahora lo entiendo, los escritores estamos atascados siempre en nuestras obras y haciendo exactamente los mismo: leyendo mucho y tallereando nuestros escritos, que perseveren y por encima de todo, que busquen quien les pueda dar un dictamen editorial, que metan sus obras a concursos, que tengan mucha paciencia. Para publicar, escribir, crear, una gran dosis de paciencia es indispensable. Y que amen lo que hacen. Es muy distinta la necesidad que siente alguien de publicar un libro por ego, para dejar un testimonio de algún éxito personal, o por requerimiento de su oficio, a lo que siente alguien que escribe porque no le interesa hacer otra cosa en la vida. Eso es lo que siento yo, que escribir es una pasión, una prioridad que da sentido a mi existencia. 


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