POÉTICAS PERSONALES: VIOLETA LARA

 


Violeta Lara es poeta de convicción y vocación. Escribe igualmente prosa, sobre todo cuento de corte realista, pero es en la poesía donde verdaderamente ha encontrado una veta a la que se ha dedicado a minar desde ya algunos años. 

La conocí en el Diplomado de la Escuela de Escritores Juana de Asbaje, dentro de las instalaciones del actual Museo del Barro, en el mágico pueblo de Metepec. Prontamente, empatamos en diversas presentaciones de libro, lecturas de obra, slams poéticos, eventos del mundillo de las letras de estos derroteros de la ancha república hasta que terminamos, inexorablemente amistados, por el grupo literario del que ella es co-fundadora: los Anacreónticos. 

En este grupo, que se pretendía como un taller de narrativa entre amantes de la palabra escrita, la literatura y el buen vino, produjimos hasta el momento cuatro antologías que en un principio tenían el único propósito de mostrar al mundo nuestros cuentos más logrados, pero que prontamente se convirtieron en antologías demandadas por un público adolescente y escolar, ávido de lecturas nuevas, del contacto con los autores, de aprender de la literatura fuera de las aulas, con los talleres que organizábamos en las escuelas y las charlas que dábamos en los festivales culturales de la región.

Se publicó también una sola antología de poesía, Edrielle, con la que Violeta, más que los demás participantes de la misma, pudo girar por todo el territorio estatal, haciendo de su voz un canto de ninfas y hadas. 

Violeta, en la actualidad, participa también en otros grupos dedicados a la difusión de la poesía, en particular en grupos de traducción de poesía hacia las lenguas originarias: Náhuatl, Matlatzinca, Otomí, Mazahua.

Si todo sale bien, próximamente saldrá una nueva antología donde podremos encontrar el último cuento de Violeta, su creación más extensa, y estamos seguros de que en el futuro podremos leer más de ella.

Pueden encontrar cinco poemas de su autoría aquí: Cinco poemas

Que sus lecturas sean felices.

¿Cómo fue tu descubrimiento de la lectura y de los libros?

Mi descubrimiento de la lectura fue cuando estudiaba la preparatoria, tuve una enérgica maestra de Taller de Lectura y Redacción: una mujer amante de la literatura, que me hizo ver de forma distinta la lectura y la manera de acercarme a los libros; no solo a leer por cumplir con el programa de estudios sino a conocer los textos, investigar las palabras que no conocía hasta alcanzar una comprensión de lo que estaba leyendo y encontrar en la poesía algo más que letras estructuradas y con un sonido agradable al oído, sino que puede sentirse con el cuerpo, con la “entraña” como ella decía.

 

¿Cuál dirías que fue la razón principal que te convirtió en lector?

Me convertí en lectora porque me di cuenta que el conocer las palabras me facilitaba el realizar mis tareas escolares, primero, y después, porque encontré que podía tener un diálogo con los autores, conocer lo que tenían para compartir y encontraba muy interesante encontrar afinidades con algunos autores y el disfrute de las historias.  

 

¿Recuerdas qué te atrajo del primer libro leído por elección propia?

 Me atrajo su contenido, estaba en un momento de mi vida en el que encontré un aliento, un mensaje para continuar con mi vida, en un libro de filosofía, sí introducción a la filosofía, cuando iba en la prepa, no era parte del programa de estudio pero al encontrarlo en la biblioteca de mi casa se volvió en mi libro de cabecera durante muchos años. Aún lo conservo.

 

¿Tienes algún ritual/preferencia/técnica específica para leer?

Así como ritual no, pero prefiero que haya silencio o tener música ambiental, a la mano el diccionario, marcadores, lápiz y libreta por si hay alguna cita o referencia que rescatar.

 

¿Qué lees ahora y qué te llevó a elegir dicho texto?

Ahora leo La línea de Sombra de Joseph Conrad. Un autor que conocí hace unos años con el libro El corazón de las tinieblas, en ambas aborda las oscuridades del ser humano, los sentimientos y acciones que nos hacen humanos.  

 

En tu formación como escritor, ¿qué libro/escritor ha tenido mayor influencia en tu obra y por qué?

No lo he identificado aún pero por mucho tiempo leí y releí a Rubén Darío y su libro Azul, que es obra reunida; Virginia Woolf y su libro Un cuarto propio; también Mario Benedetti fue un referente en mis primeras lecturas con sus libros: El amor, las mujeres y la vida, Las soledades de Babel y Memoria y esperanza;  también varios autores locales como Félix Suárez, Roberto Fernández Iglesias, Dionicio Munguía, Dolores Castro, todos estos autores influyeron en mis primeros años de acercamiento a la lectoescritura (los primeros siete años). Después tomar el diplomado en creación literaria, mis influencias fueron Arthur Rimbaud, Jorge Luis Borges, Blaise Pascal, José Revueltas.   

 

¿Cómo te decantaste por el género favorecido por ti a la hora de escribir?

Me decidí por la poesía cuando estudiaba en la preparatoria, cuando realicé unos ejercicios de imitación de lo que leíamos, encontré una atracción y como si la misma poesía me llevara de la mano en la escritura me resultó excitante el ejercicio de escribir poéticamente un mensaje al lector, el hecho de poder poner en imágenes aquello que no todos podemos ver tan fácil ni de la misma manera.

 

¿Qué personaje literario ha marcado tu construcción de personajes y cómo ha sido eso?

Ahora podría decir que Jorge Luis Borges, José Pla y Julio Cortázar porque con ellos comprendí el compromiso con la escritura, la palabra y que uno no escribe para un determinado lector sino que el lector es quien se encuentra con los textos, ya sean poéticos o de narrativa.  

 

¿Cómo sucedió la escritura de tu primer texto?

La escritura de mis primeros textos fue por imitación, como decía y después de estar en diplomado de creación literaria se fue disipando la imitación y hubo un logro de una voz propia. Curiosamente lo primero que se publicó fue un texto narrativo no de poesía y fue bastante humano, realista, lo que también hay en mi poética.

 

Si pudieras reescribir tu primer texto, ¿qué harías diferente/igual y por qué?

En cuanto a mi primer texto narrativo, revisaría la construcción de los personajes y la redacción.

En cuanto a mis primeros textos poéticos, revisaría el ritmo.

 

¿Tienes algún ritual/preferencia/técnica específica para escribir?

Para escribir prefiero no tener algún pendiente extra, una distracción latente, puede ser en silencio o con alguna música de mi elección ya sea referente al tema a escribir o alguna que me permita armonizar y no puede faltar el diccionario, el de antónimos y sinónimos, goma y lápiz.

 

¿Cómo sucedió tu ingreso al mundo editorial?

Por invitación de mi grupo de compañeros del diplomado de creación literaria, al final del curso se organizó un pequeño taller para comentar los textos resultado de nuestro trabajo en el curso que después de convirtió en una antología narrativa que se publicó por iniciativa de todos.

 

¿Cómo imaginas el mundo de la edición en los siguientes años?

Yo espero que siempre haya editores rigurosos, que exijan siempre lo mejor de los escritores, lo más imparciales que den oportunidad también a las nuevas generaciones que tienen talento.

 

Dadas las posibilidades editoriales futuras, ¿crees que tu propia obra tendrá un cambio sustancial en sus perspectivas/alcances?

Es una incertidumbre constante pero, como decía Cortázar, finalmente habrá lector que pueda encontrarse con tu obra, sin duda que las temáticas e intereses de los lectores son infinitos y los cambios generacionales también son un factor que influye, el reto es de algún modo permanecer vigente pese a la vorágine de cambios que siempre han existido, lo importante es tal vez no desaparecer del ojo de los lectores.  

 

¿Cuál quisieras que fuera tu legado en la literatura?

Mínimo dar fe de que en mi estado, en mi terruño, en mi país hay un compromiso con la literatura en cualquiera de sus expresiones como en mi caso con la poesía, el periodismo y la narrativa.

 

¿Qué le recomendarías a un autor que apenas comienza y que te ve como inspiración?

1.   Como decía Borges, nunca dejar de ser lector.

2.   No desesperar y exigirse cada vez más en el trabajo escrituril.

3. No caer en la soberbia, siempre atender y aprender a trabajar con las recomendaciones de otros autores, en especial cuando tienen más experiencia.

4. Son importantes los reconocimientos, en papel, pero lo que verdaderamente hablará de tu trabajo será el reconocimiento e intercambio con los lectores.

¡Buena suerte!

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