POÉTICAS PERSONALES: J. R. SPINOZA
A J. R. Spinoza lo conocí antes de conocerlo. Esto porque cuando comencé a leer narrativa de ciencia ficción en el internet (antes lo hacía sólo en libros) su nombre aparecía por todos lados.
Y después porque su nombre aparecía también en algunas antologías donde yo mismo lograba colocar algún texto, una mini acaso, y entonces ya no sólo eramos contemporáneos y colegas de oficio, sino que eramos parte del mismo grupo, del mismo círculo, que estaba tratando de crear obra desde México sobre futuros y alternativas del futuro y donde nuestro presente se proyectaba con todos sus males para quizá tratar de hacer un cambio. De pronto éramos, sin conocernos y por la magia de la literatura, casi amigos.
Ahora que por fin hablamos para pactar la entrevista POEISIS, sentí esa amistad en sus frases, su generosidad para aceptar no sólo la entrevista sino su generosidad de tiempo y su entusiasmo por tener un encuentro, aunque fuese virtual, con un colega. Me gustaría creer que en efecto así será si algún día nos encontramos en el mundo real, pues hay algo que supera la camaradería entre quienes nos dedicamos a la creación literaria, una mente que nos enfoca a lo estético, una mente que indaga la otredad y la posibilidad de otra vida, otro futuro, otro presente y que en mucho se reconoce en ese otro similar como cuando alguien se ve en el espejo.
Ahora que también he leído un poco más de Spinoza (y que obvio me remite a pensar en el filósofo de la gran Ética) me entero que ganó justo el año anterior a mí el Concurso de Cuento Infantil de la UAEMex descargable aquí. En serio les recomiendo el libro porque habla sobre la lectura y las ilustraciones están geniales para todos los niños.
Entre otros libros publicados están El regreso de los dioses, la batalla de Folkvangr (Caligrama, 2019), Pacto Maldito (Pathbooks, 2019). Las llaves de R’lyeh (Pathbooks, 2019), El demiurgo y otros cuentos fantásticos (Kaus, 2020), Los deseos de Serena (Catarsis Literaria, 2021). Tragaluz (Winged, 2021), Para destruir el final y otros cuentos de fantasía y ciencia ficción (Winged, 2022), In Nomine Patris. Paternidad y otras quimeras (Universidad Autónoma de Coahuila, Col. Celosía, 2023), Sobre cómo olvidamos volar (Ápeiron Ediciones, España, 2024), Breves artificios (La Tinta del Silencio, México, 2024).
También busquen su nombre en internet porque seguro hallan un cuento que les detone la imaginación. Así que sin más, que tengan feliz lectura y búsquenlo pronto.
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¿Cómo fue tu descubrimiento de la lectura y de los libros?
El primer recuerdo que tengo con la lectura es sosteniendo un libro de cuentos clásicos: Aladino y la lámpara maravillosa, Riquete el del copete, La princesa piel de asno y muchos más, la mayoría de Andersen, los Hermanos Grimm y pasajes de Las mil y una noches. Eran dos tomos en pasta dura, de esos que vendían de casa en casa junto con enciclopedias y que podías adquirir en abonos. Recuerdo a mi madre lavando ropa, mientras yo ponía el cassette (porque además venía con audio) en la grabadora y seguía la lectura con el libro.
Más adelante, en secundaria, fui fanático de las películas de Harry Potter, lo que fue un escalón hacia lecturas de más de cien páginas y sin ilustraciones. De ahí en adelante, me solté leyendo.
¿Cuál dirías que fue la razón principal que te convirtió en lector?
Tuve la fortuna de llegar a libros que resonaran conmigo. Además de los clásicos infantiles que mencioné, gracias a mi amigo —el también escritor— Edgar A. Rivera, leí en mi etapa universitaria 1984, de Orwell, y Un mundo feliz, de Huxley. También me llevó a la biblioteca donde pude leerme El lobo estepario de Hesse y La historia interminable de Michael Ende. Este libro me convirtió en lector, nunca había llorado, reído y amado tanto una historia. Siempre que puedo meto referencias de Ende a mis obras, es el único libro que he leído 7 veces y mi primer hijo se llama Bastian debido al personaje. Creo que las personas que dicen que no les gusta la lectura es sólo porque no han encontrado un libro que resuene con ellos. Soy lector porque amo las historias.
¿Recuerdas qué te atrajo del primer libro leído por elección propia?
La portada, sin duda. El prisionero de Azkaban mostraba a Harry y Hermione volando sobre un hipogrifo. Uno de mis libros inspiró su portada en esa mítica imagen de Editorial Salamandra.
¿Tienes algún ritual/preferencia/técnica específica para leer?
Leo lo que puedo cuando puedo. Tenía horarios fijos antes de ser papá, pero ahora, en esta gran aventura que es la paternidad, hago uso de mis tiempos muertos entre traslados, horas de descanso y cuando Morfeo de los Eternos hecha una mano para que mi hijo tome una siesta en la tarde.
¿Qué lees ahora y qué te llevó a elegir dicho texto?
Auroras y Horizontes, publicado por el Gobierno del Estado de Puebla. El libro reúne a los ganadores del Premio Nacional de Cuento Fantástico y de Ciencia Ficción (de 1984 al 2012). Es para mi tesis, batallé mucho para conseguirlo y agradezco con todo mi corazón a Néstor A. Cortés quien me contactó con la librería que lo tenía.
También leo cuentos sueltos, es algo que hago desde 2019.
En tu formación como escritor, ¿qué libro/escritor ha tenido mayor influencia en tu obra y por qué?
Borges. Borges es dios, o por lo menos el dios de los escritores (hasta he soñado con él. Una vez estaba sentado a la orilla de mi cama con su bastón y le pedí perdón por mi nivel de escritura, él se rio y me dijo que siguiera escribiendo). Sin duda Ende, Gaiman (sólo en lo literario), George R. R. (ya acaba el maldito libro) Martin.
Pero intento aprender de todos, me acaban de publicar una historia en la maravillosa revista Cuentística que dirige Raúl Solís, donde utilice una estructura que usa Ken Liu en Días de fantasmas y también Liliana Colanzi en su texto de La cueva. Se trata de tener varias historias que estén conectadas con un tema y un objeto o lugar. Los personajes pueden ser diferentes o descendientes. Juntas las historias crean un cuento más interesante. La comparación es burda, pero algo así como los zords que forman un megazord.
Quiero mencionar a Hiram Ruvalcaba, de quien admiro la capacidad de meternos de lleno al cuento desde la primera página. Como logra hacer esto y manejar la tensión hasta la última línea es algo que aún estoy tratando de descifrar.
En poesía le aprendo mucho a Fabián Casas, Fabián Espejel y Elisa Díaz Castelo.
Y hablando de aprender, uno no es nada sin sus maestros: Adán Echeverría y Mauricio Carrera me han enseñado muchísimo.
¿Cómo te decantaste por el género favorecido por ti a la hora de escribir?
Mi favorito es la fantasía. Me gustan las etiquetas en todo menos en la fantasía. Lo fantástico, lo real maravilloso, el weird, el realismo mágico, me parece que son usadas a conveniencia. Esta es una opinión impopular y siempre que la externé en mis clases me callaron sin explicarme bien la marcada diferencia. Igual no me preocupo mucho, que lo críticos se encarguen de catalogar, mi trabajo es escribir. Tal vez todo es Varia Invención como dice Arreola. Me gusta más el término ficción especulativa (no suena tan bien) pero engloba la amplitud de la fantasía, la ciencia ficción y el terror. Escribo las tres cosas y también infantil y poemas. Trato de escribir lo que me gustaría leer.
¿Qué personaje literario ha marcado tu construcción de personajes y cómo ha sido eso?
Hay muchos héroes en mi literatura. Dijo la tía May: “Pienso que hay un héroe en todos nosotros”. Amo los personajes que vencen la adversidad como Edmundo Dantes, lloré en el capítulo que se entera de la muerte de su padre y lloré de nuevo cuando encuentra el tesoro en la isla de Montecristo. Otro tipo de personaje que me atrae mucho es el Trickster, en español sería como truquero o embaucador. Usar la inteligencia, la astucia para sacar ventaja. Sun Wukong, burlándose de los dioses, Loki exhibiendo las hipocresías de los Aesir, incluso Odiseo, al decirle al cíclope que su nombre es nadie. Creo que hay mucho valor en robar el fuego a los dioses.
¿Cómo sucedió la escritura de tu primer texto?
Mi primer texto no fue publicado hasta 2020. Publiqué otros antes, pero el primero que escribí se quedó en la papelera hasta que tuve la oportunidad de mejorarlo. Se titula El cazador y la versión actual me tiene satisfecho, una intertextualidad que sirve como historia de origen a El flautista de Hamelín, con guiños al ocultismo y a Las Mil y una noches. El flautista, al final también resulta ser Peter Pan. Esta última idea se me ocurrió antes (aunque sólo tengo una libreta y mi palabra) que a los guionistas de Once Upon A Time, pero ellos sacaron ese capítlo. Es la segunda vez que me sucede, para mi primera novela quería que una pluma se transformara en espada, pero al verlo en Percy Jackson deseché la idea.
El cuento está publicado en varias revistas: El diario del Sureste, Nudo Gordinano, El Narratorio, Katabasis, Máquina combinatoria, Palabrerías, por mencionar algunas.
Si pudieras reescribir tu primer texto, ¿qué harías diferente/igual y por qué?
Nada, pero lo publicaría antes. También me hubiera gustado creer en mí para escribir más joven. Empecé a los 28 a tomar talleres. Ojalá hubiera empezado en la pubertad. A veces creemos las cosas imposibles, no nos sentimos adecuados. Nuestros miedos nos sabotean.
¿Tienes algún ritual/preferencia/técnica específica para escribir?
Me encantaría decir que me desnudo y me unto mostaza en todo el cuerpo a las 3:33 de la madrugada, pero mentiría. Escribo lo que puedo, cuando puedo. A veces es mucho, otras poco. Siempre me mando mensajes de texto o de audio. Las ideas surgen en cualquier momento del día y no se debe llegar ante dios (la página en blanco) con las manos vacías.
¿Cómo sucedió tu ingreso al mundo editorial?
Autopublicación. Si vas a gastar, hazlo a lo grande. “No reparé en gastos” dijo Hamond de Jurassic Park. Autopubliqué mi primera novela (y también el primer libro) con Editorial Caligrama, que pertenece al sello de Penguin Random House. No me convertí en la estrella instantánea que mis ilusiones llenas de ignorancia predecían. Pero si me puso el libro en muchos lados como El corte inglés, Amazon. Google Libros, Sanborns, etc. Mi segundo libro fue ganador de un concurso de una editorial llamada Pathbooks (estuvo en Shark Tank). Tercer y cuarto libro fueron autopublicación en Amazon (sólo gasté en la portada). Cuarto libro fue resultado de una beca del PECDA. Luego gané el concurso de cuento infantil que convoca el CEAC y la UAEMÉX (incluye la publicación en pasta dura), ese mismo año fui Mención Honorífica en el Gabriel Borunda, que incluyó la publicación con Tintanueva Ediciones y fui seleccionado en la colección Celosía: escritores del noreste de la UAdeC. Ese año fui a la FILEM y a la FILC a presentar los libros.
El año pasado mandé a un concurso en Áperion Ediciones (editorial de España). No gané pero me ofrecieron contrato de publicación.
Creo que he ido mejorando porque de los 14 libros que he publicado sólo autopubliqué 3 (de los primeros). Ya he publicado en España y Ecuardor. Y en tres universidades autónomas.
¿Cómo imaginas el mundo de la edición en los siguientes años?
Después de la pandemia hubo un aumento en la cantidad de revistas y blogs que ofrecen publicar. O tal vez es sólo mi perspectiva, ya que empecé en este mundo de letras en 2018, pensando que sólo Chimal, Arturo Anaya Treviño y yo escribíamos ficción especulativa en México. Ha sido un viaje de aprendizaje y descubrimientos desde entonces. Las revistas y blogs independientes son de gran ayuda para quienes empiezan, quienes no tienen contacto directo con alguna editorial (mediana o grande; privada o de gobierno). Las revistas, fanzines y blogs independientes te permiten darte a conocer, ser googleable, ser leído y al mismo tiempo hacer curriculum. No hay pago, o por lo menos eso hubiese dicho en 2019 que comencé a publicar en revistas. Lo cierto es que este año recibí mi primer pago por parte de una revista, me refiero a COLECTIVERO, de Óscar González, quien ya lleva 7 números pagando a sus autores. También existen la ya conocida por todos “Tierra Adentro”, “Tusquets” y “Rocambolesca” de Ari Pérez. Y un montón de revistas en inglés que se pueden consultar en blog de Damián Neri, uno de los autores mexicanos que la está rompiendo en este medio.
Estoy seguro que este año se darán a conocer más proyectos editoriales.
Dadas las posibilidades editoriales futuras, ¿crees que tu propia obra tendrá un cambio sustancial en sus perspectivas/alcances?
Uno de mis maestros dice que “El gusto de tres jurados no hace escritor a nadie”. Lo cierto es que muchas publicaciones dependen de entrar en el gusto de los jurados, otra forma es ganar seguidores (para eso se necesita capital erótico y carisma) suficientes como para que una editorial considere ganancia segura publicarte. La última opción es autopublicar y hacer todo el trabajo editorial uno mismo. Yo seguiré probando todas las posibilidades, mi camino en las publicaciones ha sido así, prueba y error, recalibrar y mejorar.
¿Cuál quisieras que fuera tu legado en la literatura?
Yo quiero ser Nobel de Literatura. Quiero que mis libros tengan adaptados al cine o miniserie. También quiero entrar al canon, ser referente, que cuando se hable de la literatura en la primera mitad del siglo XXI siempre se mencione mi nombre.
Estoy muy lejos de todo eso. Pero estoy un poco más cerca de cuando empecé.
¿Qué le recomendarías a un autor que apenas comienza y que te ve como inspiración?
Tres consejos.
Uno es de Neil Gaiman, tomé una de sus clases maestras en 2020. Él dijo: “Whatever it takes to finish things, finish. You will learn more from a glorious failure than you ever will from something you never finish”.
En pocas palabras, termina lo que comienzas. Un texto malo se puede corregir, pero una obra maestra se puede pudrir en la cabeza de alguien por años.
El segundo consejo se lo aprendí a Gokú. Siempre estaba buscando un maestro nuevo para mejorar: Roshi, Karim, Kamisama, Kaiosama, Los Yadarat, Whis. Una de las cosas que más puede estancarte es asumir que ya lo sabes todo. Aprende y luego comparte lo aprendido con otros.
El tercero es: Hagan redes. Los escritores no solemos ser muy sociables porque como lector necesitas soledad. Sin embargo, conocer personas con nuestros intereses nos ayuda a crecer juntos. Yo he crecido mucho en talleres, en comunidad y más desde que entré al Gran Colisionador de Textos Especulativos. Son personas maravillosas y talentosas. Encuentra tu comunidad y crece.
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