POÉTICAS PERSONALES: JORGE A. ESTRADA

 


¿Cómo fue tu descubrimiento de la lectura y de los libros?

En primer lugar, considero que fue la curiosidad. En casa de mis padres existía una biblioteca que resguardábamos a un tío. En algún momento me acerqué a ella y sin saber qué esperar tomé unos libros, algunos no me provocaron mucho, aunque recuerdo que un par de esos me fascinaron y gracias a ellos, me comencé a meter en el lectura. La colección era de Bruguera y los libros que menciono eran Las aventuras de Tom Sawyer y el Misterio de Bascombe. Posteriormente mi padre comenzó a recomendarme lecturas de autores mexicano y de ahí en adelante.  

 

¿Cuál dirías que fue la razón principal que te convirtió en lector?

Creo que la emoción que provocan los libros, siempre hay un misterio por descubrir, aunque la historia no sea de terror o suspenso. Siempre hay algo emocionante e inesperado en una lecturas demás de las sorpresas que te vas encontrando. 

 

¿Recuerdas qué te atrajo del primer libro leído por elección propia?

Sherlock Holmes, su personalidad, su inteligencia. Me resultaban fascinantes. No podía parar de leer.    

 

¿Tienes algún ritual/preferencia/técnica específica para leer?

No. Suelo ser bastante desordenado con los lecturas. A veces dejo que el azar guíe mis lecturas, libros que encuentro en el camino, también suelo leer cosas que de alguna forma se relacionen con algún proyecto que esté desarrollando, o caigo con autores que ya me gustan.    

 

¿Qué lees ahora y qué te llevó a elegir dicho texto?

Acción de gracias de Richard Ford. Es un autor que me encanta, la voz en sus grandes novelas, sus personajes, el ocaso de sus temáticas. Tengo casi todos sus libros y éste lo conseguí en el descuento de los meses pasados ¡En 60 pesos! Es la edición de Anagrama de 730 páginas, por lo que estoy muy orgulloso de haber encontrado esa ganga.      

 

En tu formación como escritor, ¿qué libro/escritor ha tenido mayor influencia en tu obra y por qué?

Es una respuesta muy difícil de responder, a lo largo de la vida, así figuras suelen caminar de posiciones. Pero si debiera responder me atrevería a decir que Juan José Arreola, en él encontré un humor ácido, doloroso y festivo a la vez. Además de una prosa excepcional a la que jamás me acercaré en mi trabajo, pero la que sí puedo disfrutar leyéndolo siempre.     

 

¿Cómo te decantaste por el género favorecido por ti a la hora de escribir?

Creo que es aprender a escuchar lo que eres capaz de decir y la forma en que puede decirlo, de alguna forma, se trata de aprender a escucharte. Se escucha fácil pero cada persona está compuesta por una infinita variedad de factores que la conforman, carácter, familia, amigos, entorno social, lecturas, afinidades y rechazos. Todo esto hace de cada persona única, entonces cada quien tiene algo propio que decir.    

 

¿Qué personaje literario ha marcado tu construcción de personajes y cómo ha sido eso?

Volvería a Sherlock Holmes, más allá de su inteligencia, creo que de alguna forma es un héroe porque es capaz de ejercer justicia sin necesidad de superpoderes o armas. Me gusta ese tipo de heroísmo. 

 

¿Cómo sucedió la escritura de tu primer texto?

Diría que de forma totalmente accidental, con la única intención de acabar algo. Soy y fui mucho de anotar ideas, de tener hartos principios e ideas para desarrollar. Tardé mucho tiempo en comprender la importancia de acabar los proyectos.   

 

Si pudieras reescribir tu primer texto, ¿qué harías diferente/igual y por qué?

Creo que cuando comencé a escribir, me ocupaba mucho de que la prosa fuera elaborada, complicada sin necesidad. Supongo que quería demostrar que era muy inteligente, era demasiado ingenuo. Ahora me enfocaría en que la idea sea clara, que no se oculte por una escritura rimbombante e innecesaria.

 

¿Tienes algún ritual/preferencia/técnica específica para escribir?

Trato de hacerlo por la mañana. Mis tiempos de escribir por la noche ya quedaron atrás. Soy cada vez más consciente de el esfuerzo que te requiere escribir por lo que intento darle toda mi energía y es por la mañana cuando suelo tener toda la energía.   

 

¿Cómo sucedió tu ingreso al mundo editorial?

Participando en concursos. Al iniciar, o al menos así me pasó a mí, los alicientes de un concurso, no son tanto los económicos sino la posibilidad de ser publicado. En mi caso, los concursos que ya no existen que hacía Ediciones Castillo en Monterrey. Gané una mención especial y la posibilidad de publicar mi primer libro: La isla de los pollos. 

 

¿Cómo imaginas el mundo de la edición en los siguientes años?

Creo que los libros seguirán como los conocemos hoy. El libro digital seguramente aumentará en opciones, aunque no pienso que sustituya al papel. Creo también que la imagen será más constante, novelas gráficas, libros ilustrados y cómics. Pero quiero creer que el libro seguirá.   

 

Dadas las posibilidades editoriales futuras, ¿crees que tu propia obra tendrá un cambio sustancial en sus perspectivas/alcances?

Imposible saberlo, siempre he querido ingresar al mundo de las novelas gráficas. Es un género que me gusta y que pienso puede tener mucho futuro. 

 

¿Cuál quisieras que fuera tu legado en la literatura?

Sacar alguna sonrisa en lectores futuros sería suficiente.

 

¿Qué le recomendarías a un autor que apenas comienza y que te ve como inspiración?

Que aprenda a reconocer sus temas, sus procesos, sus limitaciones y su fortalezas. Que evite medir el éxito con otras reglas que no sean las propias. Que sepa celebrar sus logros y dar el valor a los trabajos fallidos (no me gusta usar la palabra fracaso). Que tome la escritura como un oficio, un trabajo que se debe pulir, mejorar, el que siempre debes estar dispuesto a aprender.   



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