POÉTICAS PERSONALES: XITLÁLITL RODRÍGUEZ MENDOZA
Xitlálitl es ecritora y editora. La conocí por algunos de sus poemas leídos en libros y en el ciberespacio.
Se licenció en Letras Hispánicas por la Universidad de Guadalajara. y obtuvo una maestría en Traducción por El Colegio de México. Igualmente, es egresada de la maestría "Théorie, traduction et circulations" de la Sorbonne Nouvelle (Paris III).
Ha sido becaria del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes en dos ocasiones e integrante del Sistema Nacional de Creadores de Arte.
En 2015, obtuvo el Premio Nacional de Poesía Ignacio Manuel Altamirano. Formó parte del consejo editorial de la revista Reverso y fue editora de Vice.
Actualmente es jefa de redacción del Periódico de poesía desde 2002.
Entre sus libros podemos encontrar: Polvo lugar y Datsun, que es con el que la conocí (título fabuloso, por cierto), Catnip, Hotel universo, del que sale uno de sus poemas que atesoro en mi mente.
El poema, con epigrafe de Charles Simic, y que me atrevo a reproducir aquí para su disfrute y como invitación a una lectura más amplia, dice:
Hotel Universo
Fuimos a veces.
Casi siempre llegábamos
luego del Caudillos
y su promoción de los miércoles:
tres cervezas por dieciocho pesos.
Al hotel no le han cambiado
ni una toalla.
Los pasillos, oxidados de las esquinas,
con el tapiz como pañal del tiempo
todavía amortiguan el sonido
del elevador
cuando desova pasajeros
sobre la suave espuma de la alfombra.
Pero esta vez en la habitación
no hay nadie
sólo el sarro que da calidez
a la tina
y el fiel murmullo
de la tele.
El chico habrá salido de madrugada
medio borracho y tibio todavía,
angustiado por la posibilidad de perder el camión
rumbo a Flextronics, donde cortará micas
hasta las tres de la tarde
(el mismo horario
que le prometieron a Jesucristo
y ya vimos lo que le pasó).
Lo que me intriga del poema, y por lo que se ha vuelto memorable, es que es un poema donde el acto poético es prefigurado en el texto, más no enunciado. El final, apenas vislumbrado, sucede en la mente del lector, que debe completar el párrafo, o el verso, y producir la imagen.
Ya, el sentimiento, esa nostalgia, se muestra con ciertas imágenes contundentes: "no le han cambiado ni una toalla", "oxidados en las orillas", "el tapiz como pañal del tiempo", "el sarro que da calidez a la tina". Y sin embargo, la alusión de Cristo, multiplica ese final según las inclinaciones del lector: la muerte a las tres de la tarde o la resurrección a la vida eterna.
Los invito, queridos amigos, a descubrir su poesía y que sus lecturas sean nostalgicamente felices.
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¿Cómo fue tu descubrimiento de la lectura y de los libros?
Sobre todo, por la escuela, la iglesia, la televisión y los audiolibros en acetato. Sí tuve algunos libros de literatura infantil pero mis papás nos compraban a mí y a mi hermano, sobre todo, enciclopedias ilustradas, de esas que pagaban por letras cada quincena. En esas enciclopedias había fotos o dibujos y me la pasaba viéndolas. Luego también las usaba para hacer las tareas, etc. Así empezó, creo, mi interés por los libros. Luego en misa, para no aburrirme, a veces me apuntaba para leer una de las lecturas o los salmos o leía El Amiguito, publicación semanal para niños. No sé si eso existía solamente en Guadalajara o en otras partes. Mi papá también me compró un par de audiolibros, uno de ellos era el de la Bella Durmiente. Luego vi la adaptación de Disney y supongo que pude intuir que las historias y la literatura abarcan prácticamente todos nuestros espacios y formatos posibles. Supongo que así es como empezó todo.
¿Cuál dirías que fue la razón principal que te convirtió en lector?
Supongo que el aburrimiento. Cuando no tenía nada que hacer en casa de mi abuelita, donde pasaba todas las tardes, me ponía a buscar libros que me parecieran extraños en la biblioteca que había en su casa.
¿Recuerdas qué te atrajo del primer libro leído por elección propia?
No recuerdo cuál haya sido.
¿Tienes algún ritual/preferencia/técnica específica para leer?
Por lo general soy muy desordenada para leer. A veces voy leyendo de a pedacitos, varias cosas que no termino y luego retomo.
¿Qué lees ahora y qué te llevó a elegir dicho texto?
Ahora estoy leyendo una novela que se llama I love Dick de la escritora y artista estadounidense Chris Kraus y Fronteras/ Borders de Gloria Anzaldúa. El primero lo estoy leyendo porque quería leer la novela antes que ver la adaptación que sacaron para televisión y el otro porque ya me lo debía desde hacía mucho.
En tu formación como escritora, ¿qué libro/escritor ha tenido mayor influencia en tu obra y por qué?
No creo en las listas. Me gustan como objetos estéticos pero no creo que un solo libro o autor puedan cambiar el rumbo de nada. Me gusta pensar que cada libro que estoy leyendo es el mejor libro que puedo leer en ese momento. Creo en el azar, en el desorden, en los descubrimientos y en los rechazos.
¿Cómo te decantaste por el género favorecido por ti a la hora de escribir?
Escribo, sobre todo, poemas porque creo que, a diferencia de la narrativa, por ejemplo, en los poemas siempre hay algo que nunca deja de ocurrir. El tiempo de la poesía tiene rasgos del infinito.
¿Qué personaje literario ha marcado tu construcción de personajes y cómo ha sido eso?
No sé cómo responder a eso desde la poesía, pero pienso mucho en lo que escribió Antonio Gamoneda: “Mi poesía es el relato de cómo avanzo hacia la muerte”.
¿Cómo sucedió la escritura de tu primer texto?
Yo creo que el primer texto que escribí fue mi nombre. Así que supongo que lo escribí en un mesabanco de madera donde cabíamos dos personas. Habrá sido, supongo, bajo la supervisión de la maestra Fabi, mi maestra de primero de primaria.
Si pudieras reescribir tu primer texto, ¿qué harías diferente/igual y por qué?
Le cambiaría la X por una C.
¿Tienes algún ritual/preferencia/técnica específica para escribir?
No, escribo cuando no tengo otros pendientes laborales, familiares, escolares o de cualquier otra índole.
¿Cómo sucedió tu ingreso al mundo editorial?
Gracias a un poeta y editor maravilloso de Guadalajara: Jorge Orendáin. Él publicó mi primer libro de poesía en su editorial La Zonámbula. También envió algunos de mis poemas en la maravillosa revista de la Universidad Autónoma de Nuevo León Armas y Letras.
¿Cómo imaginas el mundo de la edición en los siguientes años?
Como siempre ha sido la edición de poesía: raquítica pero con muchas sorpresas por encontrar por parte de los lectores.
Dadas las posibilidades editoriales futuras, ¿crees que tu propia obra tendrá un cambio sustancial en sus perspectivas/alcances?
No, no creo tener las herramientas intelectuales para no repetirme.
¿Cuál quisieras que fuera tu legado en la literatura?
No creo que en unos años importe nada de lo que yo haya hecho; no que importe ahora tampoco.
¿Qué le recomendarías a un autor que apenas comienza y que te ve como inspiración?
Que no se dejen desanimar y que no dejen su trabajo porque así como hay que trabajar para pagar la renta, hay también que robarle al trabajo tiempo y fuerzas para leer y escribir.
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