POÉTICAS PERSONALES: PEDRO SALVADOR ALE

 


Pedro Salvador Ale nació en San Salvador de Jujuy, Argentina, pero desde hace más de cincuenta años radica en México, donde es naturalizado, y en particular en la ciudad de Toluca, cuna del chorizo almendrado y del chorizo verde, ciudad coronada por un volcán, Xinantécatl, donde en su caldera yacen dos lagunas. 

Desde muy temprana edad se sintió inclinado a las letras, en especial al quehacer poético. Su juego con las palabras, la melodía interior de las sílabas, lo llevó, a los treinta y un años, a obtener el codiciado Premio Nacional de Poesía Joven Elías Nandino por su poemario De monstruos, biografías y pájaros, que por alguna razón permanece inédito. 

Además de dicho premio, Pedro ha obtenido otros premios de prestigio en México y el mundo, donde debo resaltar el Premio de Poesía Carlos Pellicer para obra publicada con su libro Navegaciones.

A Pedro lo conocí cuando tomé su taller en la Escuela de Escritores Juana de Asbaje. Como tallerista, me parece que motiva a los poetas noveles a hacer una lectura de la tradición y a inscribirse en ella, reformularla, avanzarla. Bajo su guía, uno realmente lee a profundidad sus propios versos para hallar en ellos la gema melódica y semántica, encontrar el sustantivo justo que, cargado de emoción, comunique el mundo. 

Sus propios poemas están configurados, a mí parecer, por esa dualidad, una verdad dicha bellamente, una cadencia como música del punto y el contrapunto, un tango verbal. 

Muchos de sus temas son el amor y la belleza, la cotidianeidad del mundo y sus habitantes, aunque sospecho que en todos ellos se perfila una columna vertebral trazada por la memoria, aquella que nos acompaña en vida y aquella que perdura tras nuestra muerte. La memoria como aquello que hace llevadero los exilios geográficos o espirituales a los que muchas veces, con las circunstancias del mundo, debemos enfrentarnos, la memoria que recobra, quizá, aunque sea por un solo instante, el paraíso perdido. 

Pedro también es infatigable para hacer llegar la poesía adonde normalmente no tiene acceso, participando en innumerables presentaciones y festivales literarios, cursos, programas de tv o radio, además de una vocación de difusión de las letras con la revista Norte/Sur

Recomiendo ampliamente que descarguen esta antología, disponible aquí: Antología Esencial, donde se puede hallar una muestra nutrida de su obra.

Y que sus lecturas sean felices.

¿Cómo fue tu descubrimiento de la lectura y de los libros?

En mi niñez, cuando aprendí a leer —siempre lo digo para mí fue uno de los grandes descubrimientos de mi existencia. Creo que despertar a los viajes que ofrecen los libros en el tiempo y en los espacios infinitos, hacen que un lector no sólo lea el libro que tiene en sus manos, sino todas las lecturas que tuvo el autor que lo escribió.

  

¿Cuál dirías que fue la razón principal que te convirtió en lector?

En  primer lugar, la influencia de mi madre, que fue y es una buena lectora, ella fue mi guía en cuanto a las primeras lecturas.

 

¿Recuerdas qué te atrajo del primer libro leído por elección propia?

En realidad no recuerdo un libro en especial, porque leía mucho, te diría los clásicos del siglo de oro español, tal vez Las mil y una noches; la fascinación era un lenguaje que trasmitía una visión del mundo con  belleza.

  

¿Tienes algún ritual/preferencia/técnica específica para leer?

Imagino que cada lector tendrá un hábito, yo releo o leo para preparar las clases, investigo, pero lo hago con naturalidad, siempre con una sed de conocimiento, de aprender, de asimilar lo que leo.

  

¿Qué lees ahora y qué te llevó a elegir dicho texto?

Ahora estoy releyendo a Pierre Louys, y lo hago por un taller que estoy impartiendo sobre la literatura erótica.

  

En tu formación como escritor, ¿qué libro/escritor ha tenido mayor influencia en tu obra y por qué?

Creo que cada libro va heredando sus voces a un poeta o escritor, porque en realidad todos los clásicos que han permanecido dejan la enseñanza de seguir la tradición, el compromiso con el lenguaje y la condición humana.

  

¿Cómo te decantaste por el género favorecido por ti a la hora de escribir?

La escritura es una obsesión que termina con la muerte, el verdadero mensaje estético es lo inalcanzable, nadie ha dominado a ningún género literario, ni nuestros grandes referentes, de haberlo pensado, no hubiesen llegado al nivel en el que están. Por lo tanto, no sé si se pueda hablar de una meta, en cuanto a la decantación.

 

¿Qué personaje literario ha marcado tu construcción de personajes y cómo ha sido eso?

Mi preferencia literaria ha sido y es la poesía, por lo tanto la invención de personajes narrativos no es mi campo, más allá de ciertos “motivos” encarnados en personas que me tocaron de manera profunda para que los llevara a la palabra poética.

  

¿Cómo sucedió la escritura de tu primer texto?

Es muy difícil saber cuál fue mi primer texto literario. Puedo hablar de la ebullición de escritos sin orden, desde los nueve años,  motivados por el amor a una niña que era mi vecina.

  

Si pudieras reescribir tu primer texto, ¿qué harías diferente/igual y por qué?

Los primeros textos obedecieron a una emoción y a un sentimiento propios de ese tiempo. Y eso se debe respetar, corregirlos sería una manera de destruirlos, porque ese que los escribió ya no es el mismo.

  

¿Tienes algún ritual/preferencia/técnica específica para escribir?

Es esperar el tiempo que “la voz que dicta” desde tu interior te dice “ vamos a escribir”, es algo que se siente, no se sabe cuándo ni a qué hora. Pueden pasar meses donde uno lee, vive, hace lo cotidiano, y un día se comienza a escribir sin parar hasta que un libro queda terminado, luego viene el proceso de  corrección.

 

¿Cómo sucedió tu ingreso al mundo editorial?

Fundé la Editorial Norte/Sur en 1996, porque quise una alternativa más allá de las instituciones culturales oficiales.

 

¿Cómo imaginas el mundo de la edición en los siguientes años?

El libro de papel seguirá existiendo, más allá de los que dicen que no se lee, los libros y la lectura, son partes inherentes a nuestra propia condición humana.

  

Dadas las posibilidades editoriales futuras, ¿crees que tu propia obra tendrá un cambio sustancial en sus perspectivas/alcances?

Más allá de las grandes editoriales comerciales, la obra del poeta verdadero siempre tiene sus lectores, porque los amantes de la poesía lo hacen por elección, no por una competencia de un mercado o por una moda, la poesía verdadera siempre permanece, clandestina o no, la poesía se mueve con libertad.

  

¿Cuál quisieras que fuera tu legado en la literatura?

Haber sido un continuador de la tradición literaria latinoamericana.

 

¿Qué le recomendarías a un autor que apenas comienza y que te ve como inspiración?

Si se permite una recomendación sería la exigencia estética, y no caer en las trampas del sistema que coarta o agrisa la creación: un verdadero artista es aquél que defiende al máximo su libertad creadora, no hay un arte verdadero que se pueda dar bajo el condicionamiento del poder establecido.


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