POÉTICAS PERSONALES: EMILIO BUESO

 


A Emilio Bueso, escritor español que se ha consagrado en los últimos años con una producción sólida en los géneros del terror, la ciencia ficción (biopunk), ahora incluso en el nicho del sword and planet con su última trilogía: Los ojos bizcos del sol, lo conocí con una de sus primeras novelas: Cenital.

Esta novela, de los fines del mundo, postapocalíptica, que se pregunta las grandes preguntas del colapso de la civilización (y quienes me conocen saben que me encanta todo lo que tenga que ver con los último días de la humanidad) me fue obsequiada por un conocido que la hizo cruzar el Atlántico como excedente de equipaje. Hubiera tirado a la basura algunos pares de calcetines o ropa interior por traérmela, dijo después. Con ese antecedente, la leí enseguida. 

La novela (curiosos tiempos en que escribo esto y que coinciden con la crisis de combustibles en la Inglaterra del brexit) trata sobre el fin de la economía del petróleo y sus consecuencias funestas: el paro industrial, la escasez, la irregularidad que esto provoca en el buen funcionamiento de la sociedad. Es una novela fragmentaria, incluso panfletaria, pero tiene el gran acierto de ser premonitoria, describiendo con precisión una posibilidad real. 

La siguiente novela que he leído de Emilio ha sido Diástole

Me gustaría señalar que la combinación del vampirismo, el mundo yonqui de los artistas plásticos hambreados, la historia del siglo XX entretejida con los pasajes de la Batalla de Leningrado entre nazis y rusos, la dictadura estalinista, el colapso de la Unión Soviética y la catástrofe nuclear de Chernóbil, generan un cóctel explosivo que nos mantiene en vilo todo lo largo de la lectura. Además, me parece que lo más importante de esta novela es la renovación del género vampiresco, pues no toma los caminos conocidos del gótico, el horror o del vampiro romántico tan característico de los últimos tiempos. 

La última novela que le conozco y por la cual me he vuelto su lector (ahora ando tras su su colección de cuento: Extraños eones publicada en la grandiosa Valdemar) es Esta noche arderá el cielo. Esta obra es un thriller-western-folk horror de una lectura trepidante, casi una narración tarantinesca de road movie o de esas películas B tipo biker (The wild one, Easy rider...). 

Emilio, como todo escritor que ha evolucionado (en sus palabras: del realismo sucio hacia la literatura especulativa) tiene sus detractores, pero lo que celebro yo, y por el cual he querido entrevistarlo, es que me parece que tiene algo que tienen los grandes escritores, que no se guardan nada en el tintero, que ponen toda la carne al asador, que la imaginación desborda en las palabras porque de lo que se trata es de provocarle al lector un viaje bárbaro sin que se despegue de su plácido sofá. Y esto siempre me ha sucedido al leerlo.

Que sus lecturas, queridos amigos, sean felices.

¿Cómo fue tu descubrimiento de la lectura y de los libros?

Mi padre solía frecuentar la biblioteca de nuestro barrio. Él sólo acudía a la hemeroteca y yo allí me aburría como una ostra, así que me puse a explorar el edificio y enseguida comprendí que me interesaba más la literatura que la prensa. Para cuando la enseñanza secundaria empezó a machacarme, la biblioteca ya se había convertido en mi rincón favorito donde hacer novillos.

 

¿Cuál dirías que fue la razón principal que te convirtió en lector?

Entretenerme, desaparecer en una historia imposible, perder de vista al mundo y a la realidad. Luego ya empecé a buscar la belleza, el asombro, la magia, el horror...

 

¿Recuerdas qué te atrajo del primer libro leído por elección propia?

Al principio recuerdo que yo era muy vulnerable a los títulos y las portadas, pero enseguida me fui haciendo rehén de las contraportadas y las buenas recomendaciones.

 

¿Tienes algún ritual/preferencia/técnica específica para leer?

Casi siempre leo antes de dormirme, es una forma de empezar a soñar. También leo siempre que viajo en tren, o avión; es una forma de empezar a viajar.

 

¿Qué lees ahora y qué te llevó a elegir dicho texto?

Estoy con lo nuevo de Joe Hill, A tumba abierta. Me parece uno de los mejores cuentistas que ha dado la ficción especulativa actual.

 

En tu formación como escritor, ¿qué libro/escritor ha tenido mayor influencia en tu obra y por qué?

Creo que fue Michael Ende el primer autor en ponerme a leer compulsivamente, pero no empecé a escribir hasta que descubrí a Bukowski. Entre ambos, mediaron ocho años de bagaje en los que transité por la obra de varios cientos de cultores del fantástico, el terror, la ciencia-ficción, el western, el thriller… Lo sé, es una mezcla explosiva, de ahí que me cueste citar obras concretas. Supongo que la mezcolanza es lo que me ha hecho ser como soy al teclado.

 

¿Cómo te decantaste por el género favorecido por ti a la hora de escribir?

Empecé haciendo realismo sucio, pero hasta que no escribí una historia de fantasmas no completé una novela que terminara dando con sus huesos en la imprenta. Supongo que no aportas mucho si no consigues reunir en tus textos buena parte de tus distintas sensibilidades.

 

¿Qué personaje literario ha marcado tu construcción de personajes y cómo ha sido eso?

Yo los personajes no los suelo construir pensando en personajes, sino en personas. Creo que es mejor estrategia. Cuando no has conocido a nadie como a quien tratas de retratar lo mejor es que lo inventes partiendo, en primera instancia, de la gente que te ha marcado.

 

¿Cómo sucedió la escritura de tu primer texto?

En un bar. Cogí una servilleta y me arranqué a soltarle un serventesio. Tenía dieciséis años. Creo que todavía conservo la servilleta por ahí...

 

Si pudieras reescribir tu primer texto, ¿qué harías diferente/igual y por qué?

Los textos muy primerizos tal vez sea mejor no reescribirlos… No sé, cuando me puse a reunir mis relatos para recopilarlos en “Ahora intenta dormir”, pasé frente a uno de mis inéditos más primitivos y, al tratar de retocarlo, me sentí como el que colorea una vieja e irrepetible foto, o profanando algo histórico, fundacional. Aparte de que puede que se trate de obras que ya no tienen remedio, la realidad es que eso también se siente así porque tú ya no eres el mismo autor que les dio vida. Por último, está esto otro: ¿para qué rehacer algo viejo en vez de empezar algo nuevo?

 

¿Tienes algún ritual/preferencia/técnica específica para escribir?

Casi siempre a altas horas de la noche, con música tronando en los cascos y algo que beber junto al ratón.

 

¿Cómo sucedió tu ingreso al mundo editorial?

Fue rápido, fácil e indoloro: la primera editorial a la que mandé mi primera novela me contrató enseguida. El via crucis vendría después, en los cuatro años que median entre ese libro y el siguiente que publiqué. Ahí fue cuando aprendí a moverme un poco.

 

¿Cómo imaginas el mundo de la edición en los siguientes años?

Me da que seguirá agonizando muchos más, pero no creo que llegue a morir nunca. Mientras no cambiemos como sociedad, se trata de un enfermo crónico.

 

Dadas las posibilidades editoriales futuras, ¿crees que tu propia obra tendrá un cambio sustancial en sus perspectivas/alcances?

Es bastante probable que mi trabajo dé el salto a otros mercados en breve. Si no es el caso, tendré que replantearme muchas cosas.

 

¿Cuál quisieras que fuera tu legado en la literatura?

Una de las pesadillas más chungas que habré tenido es que mi cara termine en los manuales de literatura de bachillerato y la muchachada se dedique a pintarme bigotes y parches de pirata. Cualquier cosa debe ser mejor que eso. Pero lo triste es que a casi todos los autores de mi generación nos espera el olvido.

 

¿Qué le recomendarías a un autor que apenas comienza y que te ve como inspiración?

Yo no soy un ejemplo de nada ni creo que mi trayectoria y evolución sean repetibles. Tampoco puedo recomendárselas a los demás porque hay formas mucho más fáciles y sencillas de llegar más lejos de lo que yo probablemente llegue jamás. Con todo, supongo que habría que tomarme más como una muestra de lo que no conviene hacer.

Aparte, sucede que el ejercicio de la literatura se vuelve más interesante cuando más te vas distanciando de tus influencias. De ahí que yo recomiende siempre a los que empiezan que se suelten y traten de ser ellos mismos.


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