POÉTICAS PERSONALES: KRSNA SÁNCHEZ

 


El nombre de Krsna Sánchez desfiló inicialmente por mi vista y oído hace tres años, tanto en el internet como en voz de algunos compañeros del Taller de Ciencia Ficción Stanislaw Lem, que impartía los miércoles primeros del mes (difunto hoy, pero que quizá tenga resurrección mañana).

El nombre es misterioso pues permite una lectura múltiple. A mí me sonaba a Krishna, una de las manifestaciones del dios Vishnú del hinduismo. Otro colega escritor alguna vez me lo mencionó usando la vocal "e" (Kresna) y también, en otra momento, se lo escuché pronunciado con la vocal "a" (Krasna). Que le cambiara sin distingo era algo que sumaba al misterio.

Sea cual sea la versión correcta, lo que es innegable es que Krsna es uno de los autores mexicanos más diversos de la actualidad. 

Ha logrado publicar en, para enumerar algunas de las revistas: Penumbria, Ficción Científica, Fantastique, Teoría Ómicron, La cigarra, El club de la fábula, Lexikali, Espejo Humeante, Himen, Engarce, Supraversum y Primero Sueño. 

También ha sido merecedor de menciones honoríficas donde destaco la edición XXXIV del Concurso Nacional de Cuento Fantástico y de Ciencia Ficción. 

Krsna es un escritor eminentemente de ciencia ficción. En su narrativa, abundan los robots, las naves espaciales, los seres alienígenas, incluso divinos. 

Algo que me ha resultado muy llamativo es que en varios de los cuentos que le conozco, hay aproximaciones a la ciencia ficción militar, en la veta de Robert A. Heinlein u Orson Scott Card, pero en estos textos se plantean cuestionamientos de corte metafísico que lo separan de aquellos otros. Sus personajes se preguntan sobre sí mismos y sobre su lugar en el universo, sobre la tecnología que controlan o que erran en controlar.

Uno de sus textos más recientes El último verso aparece en el número 2 de la revista Primero sueño. Es un cuento que toca un tema esencial para cualquier creador: la imposibilidad de no crear y el efecto que tiene dicha creación en la mente de quien la recibe. 

En este texto se intuye que un poema, o una pintura o una pieza musical para el caso, producen algo similar a la eternidad, una forma de trascender el fin de la materia. Esto son los temas que personalmente me interesan y el cuento ha hecho mella en mi intelecto.

No duden también en buscar su libro Inventamos enemigos más útiles y su obra diseminada por el ciberespacio. 

Que sus lecturas sean felices.


¿Cómo fue tu descubrimiento de la lectura y de los libros?

Crecí dentro de una familia donde siempre estuvo presente la lectura y los libros.

 

¿Cuál dirías que fue la razón principal que te convirtió en lector?

Al principio, la obligación de leer a nivel escolar y familiar. Posteriormente, el poder fascinante de las historias. 

 

¿Recuerdas qué te atrajo del primer libro leído por elección propia?

Seguramente habrá sido alguno de Lovecraft, que me atrajo con su atmósfera y gran imaginación.  

 

¿Tienes algún ritual/preferencia/técnica específica para leer?

No, ninguna. 

 

¿Qué lees ahora y qué te llevó a elegir dicho texto?

Estoy leyendo Crash porque quería conocer esta obra totalmente diferente al resto de J.G. Ballard

 

En tu formación como escritor, ¿qué libro/escritor ha tenido mayor influencia en tu obra y por qué?

Hay varios que me han influenciado, pero si tengo que elegir solo uno tiene que ser Borges. Ficciones o El jardin de senderos que se bifurcan son grandes referentes para mí. 

 

¿Cómo te decantaste por el género favorecido por ti a la hora de escribir?

Fue un proceso lento y natural. En un principio quería escribir fantasía. Poco a poco me di cuenta que tenía más facilidad para crear Ciencia Ficción. 

 

¿Qué personaje literario ha marcado tu construcción de personajes y cómo ha sido eso?

Igualmente que con los libros, podría mencionar varios, pero quisiera subrayar la fascinación que me causa la dupla Wintermute-Neuromante, una I.A. misteriosa,  inhumana e inquietante.

 

¿Cómo sucedió la escritura de tu primer texto?

El primer texto que escribí con más seriedad fue para el numero cero de una revista llamada La cigarra. El cuento no fue publicado ahí, pero a partir de él, inició mi producción artística regular.  

 

Si pudieras reescribir tu primer texto, ¿qué harías diferente/igual y por qué?

Lo dejaría igual debido al encanto particular que le daba mi inexperiencia.

 

¿Tienes algún ritual/preferencia/técnica específica para escribir?

Solamente escucho música y bebo mucho café, demasiado a veces. 

 

¿Cómo sucedió tu ingreso al mundo editorial?

A través de la convocatoria lanzada por la editorial Literatelia, donde mi primer libro Inventamos enemigos más útiles fue acogido y tuve oportunidad de conocer a otros queridos colegas y sus obras.

 

¿Cómo imaginas el mundo de la edición en los siguientes años?

Por lo que veo, creo que irán naciendo más y más espacios tanto en editoriales y revistas donde tendrá cabida la ciencia ficción, la fantasía y el terror de origen hispanoamericano.  

 

Dadas las posibilidades editoriales futuras, ¿crees que tu propia obra tendrá un cambio sustancial en sus perspectivas/alcances?

Quiero tener fe en que sí. Cualquier escritor desea llegar a más lectores, pero solo el tiempo lo dirá. 

 

¿Cuál quisieras que fuera tu legado en la literatura?

Aspiro a aparecer en una nota al pie de la literatura universal que diga: “Este sujeto no lo hacía del todo mal.”

 

¿Qué le recomendarías a un autor que apenas comienza y que te ve como inspiración?

Te recomiendo que juzgues mejor a tus fuentes de inspiración, muchacho. Eso y sigue esforzándote. La creación artística es un camino largo y arduo, pero satisfactorio. 


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